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Stephane M'Bia, Sevilla FC
Primer Equipo

SEIS AÑOS DE LA PROEZA DE MESTALLA: EL ÚLTIMO PASO HACIA TURÍN

01/05/2020
Entradilla
El conjunto entonces entrenado por Unai Emery llegó con ventaja de dos goles al partido de vuelta, pero sufrió hasta el final para regresar a una nueva final en su competición fetiche
Cuerpo Superior

El Sevilla FC es sinónimo de proeza y lo viene demostrando desde hace años. Si hace poco más de un mes se recordaba la explosión de júbilo que supuso el 'Euroderbi', a la retina del sevillista llega en este primer día de mayo lo ocurrido en la capital del Turia. Mestalla fue testigo de una de las noches más agónicas que se recuerdan en los últimos tiempos en lo que a lo deportivo se refiere. Llegaban los nervionenses con el favorable 2-0 de la ida merced a los goles de M'Bia y Bacca y tras la derrota cosechada en San Mamés días más tarde ante el Athletic Club (3-1). El partido no fue precisamente de lo más vistoso por parte de los de Unai Emery, pero una jugada aislada propició que semanas más tarde la expedición sevillista pudiera tomar un vuelo a tierras italianas para traer el trofeo de la UEFA de regreso a la capital hispalense. 

Los entrenados por Juan Antonio Pizzi salieron como un vendaval en ataque en busca de, al menos, empatar la eliminatoria. Esto lo lograron en poco margen de tiempo, primero con un trallazo de Feghouli tras servicio de Vargas a los 14 minutos y posteriormente con una desafortunada jugada en la que Jonás remató de forma acrobática antes de superar la media hora de juego, acción ante la que el portugués Beto llegó incluso a tocar el esférico.

El gol de M'Bia volvía a colocar al Sevilla FC en una final de la UEFA siete años después de Glasgow

Tras el descanso el partido se niveló y pese a contar el conjunto che con algunas llegadas, los sevillistas encontraron darle sentido al juego y equilibrar una balanza que en la primera mitad estuvo desnivelada. Con ocasiones para ambos, fue Mathieu quien puso el tercero bajo el delirio de la grada local con 20 minutos todavía por disputarse en un escenario en el que, pese a ese último tanto, sobrevolaba la incertidumbre con el paso de los minutos.

Fue entonces cuando apareció el Sevilla FC del 'nunca se rinde', con esa gallardía característica del blanco y rojo ganador. Con las emociones a flor de piel, Gameiro avisó primero con un disparo que se marchó rozando el palo de la portería defendida por Diego Alves, guardameta que presenció cómo la estrategia tumbó sus opciones de festejo tras un saque de banda medido de Coke hacia Fazio, colocándosela el argentino al listísimo M'Bia en la cabeza para empujarla y dar un vuelco al corazón de todos los sevillistas. Todos los presentes en Mestalla y los que seguían el partido desde la pequeña pantalla; todos ellos pudieron comprobar cómo el único sonido que aún quedaba era el de la gesta, el del bullicio sevillista frente a la decepción local. Así, el encuentro se perdía pero, después de años sin verse, el Sevilla FC ganaba crédito con el regreso a una final para pelear por su añorada UEFA Europa League en una temporada en la que todas las eliminatorias fueron sufridas, así como la gran final, una cita cuyo colofón es el que se ha propiciado cada vez que el conjunto de Nervión la ha disputado.