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Jugadores del Sevilla FC tras el partido en el Carlos Tartiere
Primer Equipo

20 AÑOS DEL DESCENSO EN EL TARTIERE: LAS LÁGRIMAS AHORA SON DE ALEGRÍA

31/05/2017
Entradilla
Se cumplen dos décadas de la pérdida de categoría en el Carlos Tartiere tras 22 temporadas consecutivas en Primera. Aquel doloroso episodio no acabó con el Sevilla FC, que tras superar duros y turbulentos momentos tomó una velocidad inusitada
Cuerpo Superior

Justo este jueves 1 de junio se cumplen veinte años, pero la imagen del Sevilla FC desplomado en el Carlos Tartiere sigue ahí. En realidad esa postal de abatimiento colectivo jamás perderá vigencia, porque también de las derrotas, incluso de las más duras, se aprende y se crece tal y como ha demostrado el equipo de Nervión en su trayectoria a lo largo del actual siglo.

De la tragedia de Segunda, a jugar 13 temporadas de 14 posibles en Europa, cinco de ellas en Liga de Campeones, y levantar nueve títulos, seis de ellos continentales… Es la dulce historia, de áspero comienzo, del Sevilla FC en las dos últimas décadas, la clara evidencia de que la fortaleza de una entidad, con el sólido respaldo de su afición, está muy por encima de las desgracias que en un determinado momento puedan asolarla.

El traumático descenso en Oviedo ha quedado como un amargo punto y aparte que lejos de hundir al Sevilla FC lo hizo más fuerte

Aquello parecía el final, pero el paso del tiempo, sin embargo, ha dejado este traumático episodio en un amargo punto y aparte que lejos de hundir al Sevilla FC lo ha hecho más fuerte. Aunque lo pasó mal y le costó volver a flote, el Sevilla no se consumió en las brasas del infierno, hasta el punto de haber cambiado de forma radical su realidad en un siglo XXI en el que los éxitos y los triunfos se han convertido en el denominador común de su ADN.

Por aquello del ajuste de la Liga a 20 clubes, en aquella inefable temporada 96/97 descendían cuatro equipos y promocionaba el quinto por la cola. El Sevilla FC saltaba al Carlos Tartiere con la obligación de sumar de tres y no descolgarse definitivamente del Rayo Vallecano, que dos días antes había ganado al Valencia CF y se acabaría haciendo con el puesto de la promoción. Todo lo que no fuera ganar, en definitiva, suponía el adiós a la Primera División tras 22 años de presencia ininterrumpida. No era un partido más, eran, en realidad, 90 minutos de un drama previsible que acabó de forma cruel con un gol de Maqueda en el minuto 89.

Cuerpo Inferior

Julián Rubio alineó a Unzué, Velasco, Hibic, Ramis, Prieto, Tsartas, Oulida, Prosinecki, Marcos Marín de la Fuente, Loren y José Mari. Ni ellos ni Salva ni Mornar más tarde pudieron hacer nada por impedir una debacle que se cocinó a fuego lento desde el verano anterior y que ni siquiera Carlos Salvador Bilardo pudo frenar cuando se le contrató para que in extremis enderezara el rumbo.

Al Sevilla le costó salir del túnel, pero cuando lo hizo tomó una velocidad que atropelló las expectativas de hasta sus aficionados más optimistas

Lo que se vivió en el Carlos Tartiere marcó a toda una generación de sevillistas que no recordaba a su equipo jugando en Segunda. Las lágrimas afloraron en los consternados rostros de unos profesionales que nada pudieron hacer por evitar el hundimiento, pero que sin embargo fueron acogidos con condescendencia por los numerosos aficionados sevillistas que se desplazaron a Oviedo imaginando un milagro en el que era difícil creer.

El descenso consumado en el Carlos Tartiere amenazó seriamente el porvenir de un Sevilla FC que, a raíz de aquello, tuvo que lidiar con años duros y turbulentos, momentos de crudeza extrema donde incluso se puso en cuestión su supervivencia económica. Al Sevilla le costó salir del túnel, pero cuando lo hizo tomó una velocidad que atropelló las expectativas de hasta sus aficionados más optimistas.

20 años después del Tartiere ya nada es lo que fue porque todo es memorablemente diferente

Tras regresar a Primera en la 98/99 con Rafael Carrión como presidente -asumió el mando dos semanas antes del partido en el Tartiere- y Marcos Alonso en el banquillo, el Sevilla FC consumó un nuevo descenso en la 99/00 y no se estabilizó en la máxima categoría hasta el nuevo siglo. La presidencia de Roberto Alés resultó clave para enderezar el club y acertar en lo deportivo con la designación de Monchi como director de esa parcela y la contratación de Joaquín Caparrós como entrenador del primer equipo. Luego llegó José María del Nido con su recordada frase de que la deuda que arrastraba la entidad era calderilla y que había que dar un salto de calidad, que ya con Juande Ramos en el banquillo y una nómina de jugadores inolvidables se acabó dando muy por encima de lo pensado. Se dijo que lo mejor estaba por llegar y lo que llegó, en realidad, era mucho más que lo mejor. Todo continuó con la asunción de la presidencia de José Castro con el otra vez por bandera, prolongándose conquistas e hitos que sitúan al Sevilla FC en una realidad más allá de lo imaginado. Y se lloró en Eindhoven, sobre todo en Eindhoven, Mónaco, Glasgow, Madrid, Barcelona, Turín, Varsovia y Basilea. Y en muchos más sitios. Pero las lágrimas, a diferencia de las de Oviedo, eran de felicidad plena. Han pasado 20 años del descenso del Carlos Tartiere, pero ya nada es lo que fue porque todo es memorablemente diferente.